miércoles, 20 de febrero de 2008

A no equivocarse

Cuando el arbitro Diego Abal dio por finalizado los noventa minutos la Bombonera era una lluvia de aplausos, junto a un grito ensordecedor que vociferaba una y otra vez el apellido de quien fue sin duda la figura del encuentro: Juan Román Riquelme. A pesar de cada sonrisa que esbozaba cada simpatizante de Boca por la abultada victoria, que pudo haber sido mayor, sobre Argentinos Juniors por cuatro a cero, un análisis o una observación más profunda nos refleja que la labor del conjunto de Carlos Ischia no fue tan “completa” como el resultado muestra.
Uno puede preguntarse, si gustó, goleó y esa diferencia de goles puedo haber sido mayor: que hizo mal un equipo, que expuso un nivel de juego muy superior con respecto al partido de la primera fecha del torneo argentino donde solo consiguió angustiosamente un empate frente a Rosario Central en Santa Fe. Hay que seguir remarcando, como ya lo hizo el periodismo, que Boca hizo una buena actuación pero dicha tarea se vio ejecutada de forma excepcional en la creación y en el aspecto ofensivo, terreno donde los Riquelmes, Los Palacios y los Palermos hicieron sentir su potencial y categoría para triunfar en la tarde dominguera (domingo). En cambio la defensa, mientras hubo paridad, no funcionó de igual manera, por ende, en Boca se vieron dos equipos: uno cuando ataca y otro cuando defiende.
Sobre todo en el comienzo, cuando “El Bicho” de la Paternal se animó a atacar, y hasta los veintiún minutos del primer tiempo, momento en que Palermo colocó el uno a cero, y se acabó el poder ofensivo por parte del equipo de Néstor Gorosito, Boca estuvo endeble exhibiendo falencias defensivas que son preocupantes. Ya a los diez segundos, la franja izquierda Xeneize sufrió con el desborde de Franco Niel y el posterior cabezazo de Alejandro Del Orte. Este sector de la defensa, conformado por Claudio Morel Rodriguez y Gabriel Paletta, no brindó una adecuada oposición a los ataques o centros que el nueve visitante no pudo concretar. También la poca vocación defensiva de Neri Cardozo, mediocampista lateral por la izquierda, le generó más de un dolor de cabeza al defensor paraguayo (Claudio Morel Rodriguez) que se vio desbordado en los primeros quince minutos del pleito. Paletta tampoco, en ese lapso de tiempo, respondió en todas las intervenciones que tuvo, sin embargo en el complemento mejoró y brindó más seguridad.
El otro extremo de la defensa formado por Hugo Benjamín Ibarra y Julio Cesar Cáceres no fue atacado en demasía, no obstante, una falla de Cáceres casi provoca la caída de su arco. Salvo esa equivocación, el defensor central no tuvo errores y mandó desde el fondo.
Mauricio Caranta (arquero) también tuvo alguna que otra falla en un par de centros en los que él salió mal, esto hay que tenerlo en cuenta ya que es raro en él este tipo de errores. No obstante, hay que mencionar que no fue muy exigido y por eso sus errores no trascendieron tanto y no tuvieron consecuencias mayores.
La diferencia fue justa, una vez que Boca convirtió el primer gol con Riquelme como conductor todo estuvo controlado. Igualmente los errores mencionados pudieron haber generado que el resultado sea otro, todo hablando en potencial que carece de valor, lo que si es importante es que hay que ajustar y entrenar pensando en no repetir distracciones y desaciertos, que en una instancia definitoria, pueden costar muy caros.

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